martedì 24 ottobre 2017

IT 24 ott 2017

2.  La Sposa – Cantico 6,2-10
I volti di Maria nella Scrittura – 24 ottobre 2017
Al cuore della Scrittura, il Cantico dei Cantici è per eccellenza il libro dell’amore e della vita. Al centro di un giardino simbolico, ricco di fiori e di frutti, incontriamo un uomo e una donna, accompagnati qua e là da un coro: essi rappresentano l’eterna coppia che appare sulla faccia della terra, avvolta nella tenerezza e nella forza dell’amore. Proprio in questo amore umano, secondo la Scrittura, è nascosta la chiave per accedere all’amore infinito di Dio. Ogni forma di donazione nell’amore, infatti, ha come punto di riferimento e come espressione massima l’unione dello sposo con la sposa, che si alimenta anche di passione, di concretezza, di sentimento. Il Cantico, così, ci insegna a parlare dell’amore divino senza perdere di vista quello umano, anche perché è prima di tutto di quest’ultimo che noi abbiamo l’esperienza immediata.

FR 24 ott 2017

2.  L’Epouse – Cantique des Cantiques 6,2-10
Les visages de Marie dans la Sainte Ecriture – 24 octobre 2017
Au cœur de l'Écriture, le Cantique des Cantiques est le livre de l'amour et de la vie. Au milieu d'un jardin symbolique plein de fleurs et de fruits, nous rencontrons un homme et une femme accompagnés ici et là par un chœur : ils représentent le couple éternel qui apparaît sur terre, enveloppé dans la tendresse et la force de l'amour. Dans cet amour humain, selon l'Écriture, est cachée la clé pour accéder à l'amour infini de Dieu. Toute forme de donation dans l’amour, en effet, a comme image de référence et comme expression maximale l’union de l’époux avec l’épouse, qui est également alimentée par la passion, les expressions concrètes et le sentiment. Le Cantique, donc, nous enseigne à parler de l'amour divin sans perdre de vue l’humain, parce que c'est de l’amour humain que nous avons l'expérience immédiate.

SP 24 oct 2017

2.  La esposa – Cántico 6,2-10
Los rostros de María en la Escritura – 24 octubre 2017
En el corazón de la Escritura, el Cantar de los Cantares es por excelencia el libro del amor y de la vida. En el centro de un jardín simbólico, rico de flores y de frutos, encontramos un hombre y una mujer, acompañados aquí y allá por un coro: ellos representan la eterna pareja que aparece en la faz de la tierra, envuelta en la ternura y en la fuerza del amor. Propiamente, en este amor humano, según la Escritura, está oculta la clave para acceder al amor infinito de Dios. Toda forma de donación en el amor, en efecto, tiene como punto de referencia y como expresión máxima la unión del esposo con la esposa, que se alimenta también de pasión, de realismo, se sentimiento. El Cántico, de este modo, nos enseña a hablar del amor divino sin perder de vista el amor humano, también porque es la experiencia inmediata que hemos hecho antes de cualquier otro amor.
Y la tradición de la Iglesia siempre se ha servido sin temor de esta analogía para ayudar a los creyentes a penetrar la altura, la profundidad y la riqueza del amor entre el Creador y sus criaturas. Todo ser humano, en efecto, ha sido creado para entrar en una relación de íntima comunión con la Trinidad y María, gracias al vínculo místico que la une al Padre a través del Espíritu, cuyo fruto es el nacimiento de Cristo, es el cumplimiento más perfecto de este proyecto. María es la Esposa por excelencia. Mirándola vemos hasta qué punto puede llegar el amor de Dios para nosotras. De Ella aprendemos a ser, a la vez, Esposas elegidas y amadas por el Señor.
Todo el Cántico ha sido releído, a lo largo de los siglos, en clave mariana, especialmente por los monjes y místicos. Ellos han buscado, en sus versos, alusiones a los acontecimientos de María y a sus características, por ejemplo a la inmaculada concepción (4,7); a la asunción (2,10.13; 8,5); a la virginidad (2.2; 4.12); a la humildad (2.1). Las invocaciones "Torre de David" y "Torre de marfil", que encontramos en las Letanías Lauretanas, están inspiradas en el Cántico (4, 4; 7, 5). La imagen de María como "jardín de todas las virtudes" (4, 12-5,1) y la representación, tan difundida en todo el mundo, de la "Virgen Negra" (1,5) se refieren a los versos del Cántico.
El pasaje que proponemos aquí, para la meditación, fue sin duda inspiración para Don Bosco en la composición de la oración "Oh María Virgen Poderosa".

Para orar con la Palabra (Cantar de los Cantares 6, 2-10):
1. Me pongo en la presencia de Dios. Me imagino que estoy en el jardín donde el esposo encuentra a la esposa y pido la gracia para entrar en la intimidad de María con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
2. Invoco la ayuda del Espíritu Santo repitiendo lentamente esta (u otra) oración: "Espíritu Santo, invádeme en la intimidad con la fuerza de tu amor, como hiciste con María. Hazme conocer al Padre, como María lo ha conocido. Hazme amar al Hijo, como Ella lo ha amado. Libera y sana mi corazón de lo que me impide reconocerme amada por el Padre de modo único y total, desde la punta de los pies hasta la punta de los cabellos, de sentirme deseada por el Hijo, como su esposa, de dejarme conducir por Ti, en cada paso de mi vida. Amén".
3. Leo lentamente el Cantar del Cantar de los Cantares 6,4-10. Me detengo en tres puntos:
-        -la presencia y la pertenencia recíproca (vv 2-3): María es el jardín de Dios. En su compañía Dios encuentra alegría y descanso. Y la presencia de Dios en Ella es el gozo y el descanso de María. ¿Y yo, dónde encuentro mi alegría? ¿Dónde encuentro mi descanso?
-        -la mirada del Esposo ve la belleza de la Esposa (vv. 4-7): la belleza de María es su fuerza. En ella la obra del Creador brilla sin sombras y sin manchas y este esplendor asombra y conquista el corazón de Dios y nuestro corazón. También yo he salido de las manos de Dios, fui creada por Él. Ahora mismo Él me mira y su mirada sobre mí hace resplandecer mi belleza.
-        -la mirada del Esposo ve a la singularidad de la Esposa (vv. 8-10): María es única a los ojos de Dios. Del mismo modo, también yo soy única frente de Él. Cada una de sus criaturas lo es: cada una de mis hermanas, cada persona que encuentro. Dirijo al Padre la pregunta: "¿Quién es María para ti? ¿Quién soy yo para ti?”.
4. Concluyo mi oración con un coloquio de corazón a corazón con María: Le expreso mis sentimientos, alegría y la gratitud, las dudas y las dificultades con relación a su y a mi ser Esposa del Señor.
5. Renuevo mis votos orando con la fórmula de la profesión.

Después de concluir la oración, me detengo a pensar un poco: ¿qué me sugirió el Espíritu en la oración? ¿Me animó o me confirmó? ¿Me invitó a dar un paso de conversión? ¿Cómo creo que correspondo al don recibido en la oración?


ING 24 ott 2017

2.  The Spouse – Canticle of Canticles 6:2-10
The Faces of Mary in Sacred Scripture – 24 October 2017

The Canticle of Canticles is the book of life and love par excellence, in the heart of Sacred Scripture.  At the center of a symbolic garden, rich in flowers and fruits, we meet a man and a woman, accompanied, every now and then, by a chorus.  They represent the eternal couple who appeared on the face of the earth, enveloped by tenderness and the power of love.  It is precisely within this human love, according to Sacred Scripture, that the key to reach God's infinite love is hidden.  Every form of giving of oneself in love, in fact, has, as its point of reference, the very great union of husband and wife which is also nourished by passion, concrete gestures, sentiments, and feelings.  Thus, the Canticle teaches us how to speak of Divine Love without losing sight of human love, also because we have immediate experience, before all else, of this latter one.

POR 24 ott 2017

2.  A Esposa – Cântico 6,2-10
Os rostos de Maria na Escritura – 24 ottobre 2017

No coração da Escritura, o Cântico dos Cânticos é por excelência o livro do amor e da vida. No centro de um jardim simbólico, rico de flores e de frutos, encontramos um homem e uma mulher, acompanhados aqui e além por um coro: eles representam o eterno casal que aparece na face da terra, envolto na ternura e na força do amor. Precisamente neste amor humano, segundo a Escritura, está escondida a chave para aceder ao amor infinito de Deus. Qualquer forma de doação do amor, na verdade, tem como ponto de referência e como expressão máxima a união do esposo com a esposa, e alimenta-se também da paixão, do que é verdadeiro, do sentimento. O Cântico, ensina-nos assim, a falar do amor divino sem perder de vista o ser humano, porque é, principalmente, deste último que temos experiência imediata.